Negocios como nunca / Business as unusual

Negocios como nunca

Hubo tiempos mejores en los que la gente hacía negocios como siempre. Hoy, los más afortunados siguen pudiendo hacer negocios: sin embargo, no son negocios de los de siempre. Son negocios como nunca se habían hecho debido a la velocidad de los cambios y a la complejidad que nos rodea; y son muy pocos los que pueden decir que hacen negocios como siempre (o con algunos ajustes menores). El resto de los mortales tenemos que lidiar con la disrupción.

La eficiencia como motor

En un mundo de negocios como siempre, la gente tiende a maximizar la eficiencia. Se saben el juego y las reglas. Y el éxito llega cuando se maximizan los resultados; lo que se pide es lo que se produce. La pregunta que se contesta es qué se puede hacer, si es que no se está haciendo ya, para hacer más con menos. Es como se ha gestionado durante las últimas décadas.

Cuando los procedimientos y los procesos están diseñados para ser lo más eficientes posible y aparecen cambios grandes, esperar a que las aguas vuelvan a su curso (más o menos) es lo normal. Al final, se ha invertido tiempo y dinero en algunas cosas.

Darse cuenta de que las cosas no van a volver a como eran requiere un 50% de visión y otro 50% de coraje. Revisar lo que se había pensado y preguntar qué se debería estar haciendo en vez de lo que se podría hacer requiere cierta valentía. Es un cambio de aproximación: buscar oportunidades en primera instancia en vez de productividad y al mismo tiempo seguir cuidando del negocio para que no se vaya a pique.

Seguridad psicológica

Un líder tiene que cuidar el negocio mientras lidia con la disrupción. El futuro ya no es lo que era, y el pasado no va a volver. Buscar oportunidades debería ser algo natural, pero no lo es.

Y no lo es porque todo el mundo necesita algo llamado seguridad psicológica. La creencia de que no nos van a castigar o humillar por compartir nuestras ideas, preguntas, preocupaciones o errores. Y esto también es verdad para los líderes, incluyendo los de arriba del todo. En resumen, nadie se va a arriesgar si teme las consecuencias. Digamos que la gente requiere estar incómoda con lo que pasa y al mismo tiempo sentirse segura para ponerse a buscar oportunidades.

Crear las condiciones adecuadas.

Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres ir lejos ve acompañado (*). Nadie puede buscar oportunidades solo, es demasiado complejo. Los líderes necesitan crear las condiciones adecuadas para que todos en el equipo se sientan seguros de compartir puntos de vista distintos y aparezcan nuevas ideas.

Esto también aplica a los errores. Admitir los fallos y celebrarlos es importante para reforzar la innovación y las nuevas ideas, aunque no funcionen siempre. Y, de nuevo, para el líder, requiere coraje. Sostener el fallo en medio de una crisis no es fácil y es un riesgo, pero es la única manera de encontrar nuevos océanos azules.

Si el juego y las reglas han cambiado, los líderes y las empresas deberían admitir la posibilidad de que tal vez la apuesta por el crecimiento continuo y los resultados no debería ser lo prioritario; que es posible que haga falta cierto tiempo para reformular las estrategias y encontrar formas nuevas de hacer las cosas.

Y que en este mundo de negocios como nunca se habían hecho, quizás mereciera la pena considerar que lo que saben puede estar limitando su capacidad de aprender cosas nuevas y encontrar soluciones.