Growth mindset / mentalidad de crecimiento

Mentalidad de crecimiento

Nos focalizamos en conseguir resultados, pero a veces no logramos hacerlo sostenible. De acuerdo con Eduardo Briceño en su libro “The paradox of performance”, nos encontramos con una paradoja cuando perseguimos la excelencia. Cuando nos centramos únicamente en el rendimiento podemos desarrollar lo que se describe como “mentalidad fija”, en la que nos volvemos aversos al riesgo y a salir de nuestra zona de confort. La solución es desarrollar una mentalidad de crecimiento que nos permita aceptar los cambios, hacer frente a los contratiempos y ver el fracaso como una oportunidad.

Para lograr resultados de forma sostenible en el tiempo no queda otra que cultivar una mentalidad de aprendizaje y crecimiento. Es la única receta para lograr la excelencia a largo plazo.

Desarrollar nuestras capacidades

La mentalidad de crecimiento debe basarse en la creencia de que podemos desarrollar nuestras capacidades a través del aprendizaje, con esfuerzo y dedicación. Esta posibilidad está íntimamente ligada al desarrollo de la autoconsciencia.

La autoconciencia, tal y como la define la Dra. Tasha Ulrich, es «la capacidad de vernos a nosotros mismos con claridad, de entender quiénes somos, cómo nos ven los demás y cómo encajamos en el mundo». A partir de ahí, podemos desarrollar lo que necesitamos.

Casi todos nosotros tenemos puntos ciegos, áreas en las que la percepción que tenemos de nosotros mismos no coincide con la que tienen los demás de nosotros y que pueden impedirnos descubrir qué cosas nos empujan hacia una mentalidad fija, y por eso son importantes. Reconocer cuándo nos ponemos a la defensiva o nos desanimamos ante el fracaso o la crítica puede ser difícil a menos que otros nos lo digan.

Por eso es necesario pedir feedback, además de aceptar cierta incomodidad en el camino. Tenemos que pedir a las personas que nos rodean que cuestionen nuestra perspectiva y nos aporten información sobre cómo nos comportamos, qué hacemos y cuál es nuestro impacto.

Oportunidad para aprender

Una de las diferencias clave entre la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento es cómo responden al feedback.

Muchas personas se ponen a la defensiva ante el feedback, perdiendo una gran oportunidad de aprender. Lo peor es que la mayoría de las veces no somos conscientes de lo a la defensiva que nos ponemos.

Para entender esto, es importante saber que todos tenemos construida nuestra propia narrativa, precisa o distorsionada. La narrativa es la historia que nos contamos a nosotros mismos para explicar quiénes somos, qué es importante, cuáles son nuestros valores, nuestras creencias y nuestras expectativas.

Aceptar el feedback puede significar muchas veces quitarnos el suelo bajo los pies, porque nos está contando una historia distinta que puede atentar contra los pilares esenciales de nuestra identidad.

Cultivar una narrativa de crecimiento significa aceptar que no hemos acabado de evolucionar y que tenemos potencial para aprender y mejorar, sin que eso implique dejar de ser quienes somos.

Reducir la actitud defensiva

No todos los comentarios son útiles. Algunos pueden ser injustos o tendenciosos. Pero encarar el feedback con la intención de mejorar y buscar una perspectiva diferente puede ayudarnos a separar el grano de la paja.

El secreto para aprender a recibir feedback es tomarlo con la intención positiva de aprender y evitar convertirlos en algo personal. Si reaccionamos emocionalmente nos perderemos, probablemente, la oportunidad de entender y dialogar sobre ello.

Una vez recibido, lo suyo es tomarse tiempo para reflexionar, considerar si puede ser útil y ver cómo se alinea con nuestros valores y objetivos. Solo así podremos sacarle todo el provecho.

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