Stoicism / Estoicismo

Estoicismo

Cuando Epícteto, el filósofo griego, dijo “solo esto está en tu poder: tu opinión, impulsos, deseos, y aversiones. Por el contrario, nuestro cuerpo, posesiones y reputación no dependen de nosotros” estaba siguiendo los pasos de Zenón de Citio, fundador del estoicismo.

El estoicismo, como forma de pensar, nos trae algunas lecciones que podemos aplicar al liderazgo. Por eso, hoy me he decidido a traerlo al blog.

Autogestión

El estoicismo predica que la autogestión es la base para afrontar los acontecimientos de la vida. Y también es la base del liderazgo.

La complejidad del entorno, la velocidad de los cambios y la incertidumbre provocan en todas las personas multitud de emociones, incluyendo el miedo. También nos pasa cuando lideramos. Por eso es importante gestionar nuestras emociones; de otra forma, tendremos problemas con el estrés y al tomar decisiones.

El estoicismo propone enfrentar las dificultades con paciencia y aceptación, centrándonos en lo que está dentro de nuestro círculo de control, o lo que se conoce como la “dicotomía de control”.

Hay cosas que podemos controlar, y otras que no dependen de nosotros. Solo podemos crear el impacto deseado si nos enfocamos en las cosas que están bajo nuestro control. No tiene sentido perder tiempo y energía con cosas que no podemos cambiar, y, por lo tanto, lo que debemos hacer, según esta filosofía, es aceptarlas y ser pacientes.

Esto no significa que seamos insensibles o no tengamos sentimientos. Pero debemos saber diferenciar si lo malo que nos sucede está o no fuera de nuestro control, porque eso nos ayudará a tomar decisiones para mejorar la situación, si podemos.

Círculo de control

Stephen Covey, en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, también desarrolló este concepto. Para Covey, hay dos círculos: el círculo de preocupación, que representa todo lo que nos preocupa, pero sobre lo que no tenemos ningún poder. Y el círculo de control (o influencia), que representa lo que podemos controlar o influir de alguna manera.

Como en el estoicismo, este modelo nos ayuda a identificar dónde poner nuestro tiempo y energía, dejando fuera lo que no podemos cambiar.

El círculo de control está relacionado con otro concepto estoico: la visualización negativa.

Se trata de imaginar cuál sería el peor escenario posible para la situación que estamos evaluando, con un doble objetivo. Primero, apreciar lo que tenemos. Segundo, estar preparados para lo que pueda venir.

Según los estoicos, no podemos huir de las malas noticias, así que es mejor estar preparados. A la larga, huir solo nos hace más débiles.

Esta es otra lección importante que podemos aplicar en el liderazgo. Anticipar el peor escenario nos permite examinar los potenciales problemas desde otra óptica, con más desapego, y tomar mejores decisiones, siempre desde lo que podemos hacer.

No se trata de ser pesimistas y dejarse arrastrar por las malas noticias. Por el contrario, es una forma de encontrar soluciones antes de estar metidos en el problema, sin tantas emociones y con más perspectiva.

El estoicismo puede ser una forma de pensar muy útil para cualquier persona que deba enfrentarse a situaciones complejas. Y los líderes no son una excepción.

Foto: Amanda Schmidt en Unsplash