El primer paso para avanzar en un proceso de desarrollo personal es tomar consciencia, y cuanta más claridad de pensamiento tengamos, más fácil será. Si no sabemos con exactitud qué pensamos o creemos, o cómo nos comportamos, es muy difícil que podamos manejar nuestras emociones, y el impacto que provocamos en los demás. Escribir a diario puede ser muy útil si queremos entendernos mejor.
Más claridad
Es muy frecuente que vayamos pasando de acontecimiento en acontecimiento sin prestar atención a nuestras emociones. Es más, muchas veces nos extrañamos de cómo hemos reaccionado en una situación perfectamente normal y que jamás nos había provocado esa reacción. Algunas veces, no sabríamos explicar por qué otra persona ha reaccionado así a algo que hemos hecho o hemos dicho.
Si esto te resulta familiar, quizás sea hora de que empieces a trabajar en conocerte mejor y ganar consciencia emocional. Sin esto, es muy complicado que puedas elegir cómo respondes en determinadas situaciones, y, por tanto, cuál es el impacto que tienes en los demás.
Escribir a diario puede ser una buena herramienta para ganar claridad sobre lo que sientes y cómo reaccionas.
Buscando patrones
Somos animales de costumbres. Nuestra personalidad, emociones y sentimientos vienen definidos en buena medida por como nos han educado y lo que hemos vivido. Por eso tendemos a reaccionar igual en situaciones similares.
Los mismos factores explican nuestros sesgos. Todos tenemos, pero a menos que prestemos atención, es fácil que no seamos conscientes de ellos y, lo que es más importante, de cuando nos afectan.
Escribir es una forma de encontrar estos patrones. Hacerlo de forma continuada sobre lo que sentimos, pensamos o cómo reaccionamos nos permite tener un registro del que podemos aprender.
Las palabras importan
Si lo que queremos es claridad, las palabras importan. La forma que tenemos de describir nuestros pensamientos, creencias y emociones nos puede dar muchas pistas de lo que nos pasa.
Si escribimos para entendernos es importante que seamos precisos y rigurosos. También que lo que escribamos sea relevante. No se trata de escribir 50 páginas al día. Un par de líneas son más que suficientes para resumir lo que importa.
Sea mucho o poco lo que escribamos, solo podremos ganar consciencia si somos consistentes y escribimos frecuentemente. Si no, coleccionaremos un puñado de anécdotas que no nos valdrán para nada.
Escribir a diario es una forma de conocernos mejor. Y así empezar a elegir cómo vamos a reaccionar para provocar el impacto que queremos. En nosotros mismos y en los demás.