La diversidad generacional, al igual que la diversidad de género, se ha convertido en un tema relevante por el impacto que tiene en la sociedad. Por primera vez en la historia, conviven personas de 4 generaciones diferentes. Y esto crea conflictos y diferencias que debemos comprender y gestionar.
Se trata de los Baby Boomers, nacidos antes de 1964; la Generación X, nacida entre 1965 y 1980; la Generación Y (Millennials), entre 1980 y 1996; y la Generación Z (Centennials), a partir de 1996.
Merece la pena mencionar tres características de cada grupo para que puedas visualizarlos y entender qué está pasando y por qué necesitamos conservar todo este talento en las organizaciones.
4 generaciones diferentes
Los Baby Boomers fueron testigos de las primeras luchas sociales y también de la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral. Los que aún trabajan, se caracterizan por ser leales a la empresa, buscar seguridad y estabilidad. Valoran mucho la jerarquía. Son los que más buscan el reconocimiento a esta lealtad, tanto en lo personal como en lo profesional.
Los Gen X han vivido la llegada de Internet y son la generación que más utiliza la tecnología (no sólo para el ocio, sino también para el trabajo). Son muy escépticos (han vivido tiempos de gran incertidumbre) y mucho más individualistas. Apoyan las políticas de flexibilidad y conciliación (hasta cierto punto), y buscan algo más que un salario en el trabajo: buscan realizarse.
Los Millennials quieren flexibilidad (trabajar dónde, cuándo y cómo quieran) y mejorar sus condiciones de vida. Valoran el autoaprendizaje y tienen poco compromiso con la empresa: si algo no les gusta, renuncian. Esta generación es la más colaborativa y le gusta trabajar por objetivos, no por número de jornadas.
Algunos los llaman «la generación de cristal», porque no les parecen adecuados sus comportamientos y las reacciones ante los acontecimientos. Este tipo de cosas demuestran que existen diferencias y malentendidos entre generaciones que merece la pena gestionar.
Por último, los Centennials se caracterizan por un pensamiento global y la búsqueda de la instantaneidad. El crecimiento laboral es su prioridad. Buscan libertad, autonomía y experiencias vitales; son bastante autodidactas. No creen en las jerarquías. Necesitan que se les escuche. Son los primeros nativos digitales: multipantalla e hiperconectados.
Convivencia
La convivencia es importante no sólo para la sociedad en general, sino también para el mundo laboral. Pero la diversidad generacional trae conflictos.
Hay una cuestión que empieza a ser importante: ¿cómo vamos a sostener la capacidad productiva cuando se jubile el talento que hay ahora? Debemos tener en cuenta que la Gen X se jubilará en masa en los próximos 15 años.
¿Cómo podemos conseguir que los Millennials y la Gen Z se beneficien de los conocimientos de la Gen X y encuentren su lugar en la organización?
Optimizar el talento en las organizaciones es un reto enorme. Por un lado, hay que crear espacios para la transferencia de conocimientos y experiencia; por otro, hay que dar a los más jóvenes la oportunidad de alcanzar puestos de responsabilidad y toma de decisiones para que puedan contribuir también desde ahí.
Esto crea conflictos. Si los jefes son de la Generación X, tienden a respetar más la jerarquía (y esperan que las generaciones posteriores también la respeten). Por otro lado, si los jefes son Millennials, están menos apegados a la jerarquía y puede haber algún conflicto con los «amantes de las reglas» que no están acostumbrados a que alguien más joven tome las decisiones.
El secreto para superar estos retos tiene que ver con la cultura (tanto nacional como organizativa) y con la forma de hacer las cosas. Se hace necesario crear espacios donde todos puedan contribuir libremente y donde no haya prejuicios.
En definitiva, es necesario establecer unas reglas del juego aceptadas por todos y aceptables para todos que nos permitan sacar el máximo partido a la diversidad generacional.