El estrés continuado produce en las personas que lo sufren una mezcla de síntomas físicos y psicológicos. Cuando esta situación se produce en un entorno laboral, podemos hablar de burnout.
De acuerdo con un estudio a nivel mundial de Gallup, State of the Global Workplace 2022, solo el 22 % de los empleados se sienten comprometidos con su trabajo. Y solamente el 33 % consigue mejorar su bienestar.
Para empezar con el estudio, se plantearon tres preguntas. ¿Tienes un trabajo que tenga sentido y que sea gratificante? ¿Crees que tu vida está yendo bien? ¿Te sientes esperanzado con el futuro? La mayoría de los participantes respondieron que no a las tres.
Además de estas preguntas, Gallup concluye que el estrés de los empleados, incluyendo la preocupación, la ira o la tristeza, está alcanzando niveles máximos en los últimos años, haciendo más difícil que la gente se encuentre bien. La situación es peor en el sur de Asia. Y en Europa, el 44 % de la población entrevistada siente estrés diariamente.
Como afecta al negocio
El burnout se produce por distintas causas, pero las condiciones de trabajo y la cultura de empresa son unas de las más importantes. Las exigencias no realistas en el trabajo, el micromanagement, la falta de liderazgo, la falta de apoyo y trato desigual tienen mucho más impacto en el bienestar de las personas de lo que podría pensarse en un principio.
Para empezar, los empleados que sufren burnout se sienten agotados, tanto física como emocionalmente. Y después de un tiempo, estarán desmotivados, desinteresados y poco comprometidos con el trabajo. Y esto afecta a los resultados de la compañía.
Así que, aunque lo pueda parecer, el burnout no es una dolencia individual. Es algo malo para la empresa, los negocios y los países. De acuerdo con algunos estudios, contando el efecto en la productividad y la bajas, podemos estimar unos costes de billones de euros; costes sanitarios aparte.
Las compañías con altos niveles de burnout suelen responder al mismo patrón. Procesos de toma de decisión infinitos, mala gestión, y una tendencia a sobrecargar de trabajo a los mejores empleados.
Por lo tanto, una cultura de empresa adecuada y una buena gestión hacen más por reducir el nivel de estrés de los empleados que cualquier otra cosa.
Los efectos del aislamiento
Después de dos años de pandemia, podemos hablar de los efectos del aislamiento en el burnout. La falta de contacto con los compañeros de trabajo, y la falta de apoyo pueden hacer que se intensifique.
En entornos híbridos y remotos, los líderes de los equipos deben hacer un esfuerzo por ocuparse del estado emocional de su gente, y ocuparse de que la comunicación fluya. Además, por supuesto, de establecer los principios básicos de una cultura de trabajo que ayude a prevenir estas situaciones y a hacer a los empleados más resilientes.
La respuesta al burnout debe venir de la organización y no solo del individuo. Es evidente que, si educamos a los empleados en reconocer los síntomas y cuidarse, ayudará. Pero la solución principal está en crear las condiciones de trabajo adecuadas y revisar qué hay que cambiar.
Una aproximación más organizacional a este tema traerá mejores resultados, ya que en la mayoría de los casos, el burnout no es un problema individual sino un producto del entorno laboral.