Toxic workplace / trabajo tóxico

Trabajo tóxico

Imagínate un sitio donde lo único que importa son los títulos, la descripción del puesto y la jerarquía. Un sitio donde la comunicación no fluye, y el paisaje está lleno de compartimentos estancos. Un sitio donde conseguir estatus y visibilidad es más importante que obtener resultados y colaborar. Bien, pues te estás imaginando un lugar de trabajo tóxico.

El elefante en la habitación

La toxicidad es algo que notan todos, y nadie menciona. Las culturas tóxicas se rigen por reglas poco flexibles, con poco espacio para que surjan ideas o la gente innove; incluso cuando se pretende que se innove.

No hay confianza para decir que un objetivo no se puede alcanzar; ni posibilidad de decir que no si la idea viene de arriba. Todo el mundo evita los conflictos, pero hay multitud de conversaciones en canales informales para ganar aliados en peleas soterradas.

Como resultado, la confianza falla a todos los niveles y el agotamiento se dispara.

Tenemos que hablar del miedo

Hay muchos tipos de miedo en sitio donde nadie se atreve a hablar: miedo a ser criticado, o peor, a parecer estúpido delante del jefe; miedo a meterse en líos por saltarse las normas, o miedo a la siguiente reorganización, donde uno puede ser despedido o degradado.

Estos miedos producen inseguridad laboral e inestabilidad. Como resultado, en vez de estar comprometidos con su trabajo y hacerlo bien, los empleados van a estar ocupados en cómo conservar su puesto. Los jefes, por su parte, estarán concentrados en defender su cargo en vez de preocuparse por cómo mejorar las condiciones de trabajo de su gente. Un círculo vicioso difícil de romper.

Tendrás lo que alimentes

Los comportamientos de los líderes son responsables en buena medida de crear un entorno de trabajo tóxico. Para muchas personas, reconocer que lo que hacen no funciona y que tienen que cambiar es complicado; más, si hablamos de gente que está disfrutando de sus cargos y que, además, se preocupan poco del mañana. Nadie quiere oír que no lo está haciendo bien.

Pero la realidad es terca. Lo cierto es que la gente con talento huye del trabajo tóxico. De sitios donde se es muy rápido corrigiendo infracciones y muy lento reconociendo el éxito y el trabajo duro; de sitios donde hay mucho control y muy poca confianza.

Así que la gente que trabaja bien, esa que además tiene muchas más posibilidades de tener éxito en otros sitios, se irá más pronto que tarde. Y esto es malo no solo para la empresa, sino también para los que se quedan.

Un sitio donde hay poco talento se deteriora a mucha velocidad. Si los mejores se van, solamente quedarán los mediocres. Y los resultados serán peores.

No puedes mejorar la retención si no cambias la cultura

No se puede mejorar una cultura tóxica de la noche a la mañana, pero sin hacer ningún cambio no vas a poder reducir las bajas de empleados. Deberías empezar por crear algún espacio seguro donde la gente te pueda contar qué les pasa de verdad.

Una vez ahí puedes empezar a entender qué tendrías que cambiar y empezar a hacer algo.

De otra forma, y a largo plazo, únicamente conseguirás dirigir un maravilloso espacio vacío de resultados.