Narrative bias

Sesgo narrativo

De vuelta de vacaciones, me gustaría darte la bienvenida de nuevo a este blog. Espero que hayas podido desconectar, disfrutar y recargar las pilas si tú también has parado. Yo lo he hecho y tal vez por eso vuelvo con ganas de un tema complicado pero que está muy presente en la actualidad: el sesgo narrativo. ¡Vamos allá!

Para entrar en materia, mira esta imagen.

¿Qué te parece?

Se hizo viral hace unos días. A mí me llegó a través de un antiguo colega y amigo (por cierto, no sé de quién es y estaría encantada de darle el crédito si alguien me lo cuenta).

Mi primera reacción al verla fue: ¿por qué una casa? ¿Por qué no un avión? ¿Han usado todas las piezas? Y si no, ¿dónde están las que faltan?

La metáfora de usar estas piezas pequeñas de colores es fantástica. Porque con el mismo conjunto, podemos construir cualquier cosa.

Soy una auténtica fan de contar historias pero también necesitamos desarrollar nuestro pensamiento crítico; y creo que si contamos historias sin cuestionar lo que hay detrás, la manera en la que lideramos puede verse afectada.

No podemos dudar del poder de las historias. Los humanos estamos hechos de ellas. Es la manera más antigua que existe de transmitir información y conocimiento. También emociones y sentimientos. Pueden hacer que la gente ame u odie algo; pueden hacer que los cambios se produzcan. Explicamos el mundo y le damos sentido a través de las historias.

Para poder procesar la gran cantidad de información que recibimos todos los días, necesitamos crear historias. Convertimos esa información en una historia y obviamos los datos que no encajan. Y ahí es donde podemos tener el problema.

Por lo tanto, crear historias es una de las herramientas más poderosas con las que contamos los humanos. Y, sin embargo, también pueden ser un lastre si no somos conscientes de cómo las construimos y, sobre todo, de porqué las construimos.

¿Qué pasa cuando creamos una historia?

Queriendo (porque usamos información del imaginario colectivo que nos ayuda a llevar la historia donde queremos) o no (de forma inconsciente), construir una historia implica, entre otras cosas, que entren a jugar nuestros sesgos.

Nuestros sesgos dan forma a la realidad que vemos y por lo tanto tienen un gran impacto en las historias que creamos.

Entre estos sesgos, merece la pena hablar del sesgo narrativo. Con esto me refiero a la tendencia que tenemos a interpretar la información dentro de un conjunto mayor, una historia o un patrón (causas y efectos), aunque haya datos que contradigan lo que estamos contando.

Una vez que tenemos la historia, esa narrativa impacta en nuestra toma de decisiones y podría llevarnos a que éstas fueran peores de lo esperado.

Teniendo en cuenta que necesitamos construir historias para entender lo que pasa, nos encanta cuando encontramos esa relación causa-efecto. Nos produce una falsa sensación de control que nos gusta porque reduce nuestra incertidumbre. Por eso nos solemos creer las historias que nos dan explicaciones, sin que nos importe demasiado si la explicación es correcta o no.

Preguntas clave para líderes

Si este sesgo narrativo determina la manera en la que construimos nuestras historias, ¿cómo de correctas son las decisiones que tomas en las historias que creas a partir de tus datos de negocio?

¿Deberías buscar los datos que no encajan en la historia? ¿Cómo puedes usar los avances en IA (inteligencia artificial) y analítica de datos para que te ayuden a evitar este tipo de sesgos?

No se trata solo de crear historias que cambien el mundo, si no de evitar caer en las que nos pueden llevar a resultados no deseados.

Siendo solo humanos, ahora tenemos herramientas que nos pueden ayudar a pensar mejor y tomar mejores decisiones, porque nos enseñen nuestros puntos ciegos.