Beginning of the year / Principio del año

Principio del año

Estamos al principio del año y muchos pensamos en lo que queremos de él. Para algunos, es simplemente una lista de deseos. Otros planean los pasos a seguir para conseguir llegar a un destino. Una visión que les sirve de brújula para tomar decisiones.

El para qué

Conseguir llegar al destino es difícil. Por eso, saber para qué queremos llegar allí ayuda. ¿Por qué deberíamos ir? ¿Qué vamos a conseguir? Si queremos ser los dueños de las decisiones que tomamos, merece la pena hacerse estas preguntas y encontrar nuestras razones.

Merece la pena porque una vez las conocemos, encontrar la motivación necesaria es mucho más fácil. Creo que no importa lo lejos que queramos ir, no podemos andar mil kilómetros sin recorrer los primeros centímetros. Ser conscientes de que llegar donde queremos llevará tiempo y mantener el esfuerzo que requiere marca la diferencia. Hacerlo es imposible sin la motivación adecuada. Por lo menos, al principio.

Los primeros centímetros

Arrancar un motor es, algunas veces, más fácil que mantenerlo en marcha. Virar hacia la dirección más adecuada para nosotros y empezar a andar ese camino es la parte más difícil. Abandonar lo conocido y buscar nuevos caminos requiere valentía de por sí.

En esos momentos de cambio, tener la motivación adecuada es la diferencia entre recorrer esos primeros centímetros y no. Y, sin embargo, no es suficiente para completar el viaje. A menos que transformemos esa motivación en algo distinto, hay muchas posibilidades de que no lo completemos.

Piensa, por ejemplo, en un fumador que quiere dejarlo. Tal vez al principio, puede hacer un esfuerzo y resistir la tentación, porque fumar no es bueno para su salud y debe cuidarse. Si, después de un tiempo, no encuentra un hábito que le ayude con este cambio, es probable que vuelva a fumar.

Cuando tenemos que sostener un esfuerzo en el tiempo, la motivación sola no es suficiente.

Construyendo el hábito

Cuando doy clase sobre cultura organizacional, digo muchas veces que la cultura se desayuna a la estrategia (la frase no es mía, sino de Peter Drucker). Por lo tanto, si queremos hacer cambios y que duren, tenemos que asegurarnos que antes los hemos alineado con la cultura de la compañía. De otro modo, tendremos diseñada una estrategia que no nos valdrá para nada.

Pasa lo mismo con nuestros hábitos. No importa cuán motivados estemos al principio, solo unos hábitos correctos podrán sostener una cantidad adecuada de esfuerzo que nos lleve en la dirección adecuada. Cuando construimos un hábito, de alguna manera estamos recableando nuestro cerebro, de forma que podemos hacer cosas sin pensarlas. Es así como podemos asentar nuevos comportamientos sin demasiado esfuerzo.

En esas listas que hacemos al principio del año hay cosas que queremos conseguir como pasar más tiempo con la familia, dejar de fumar, cuidarnos o conseguir una promoción, pero tienen un problema: no son accionables. En cambio, los comportamientos que nos llevan allí sí que lo son.

¿Qué pasaría si hiciéramos listas de comportamientos en vez de cosas? ¿Nos ayudaría a acercarnos a lo que queremos?

Mi propósito para este año tiene más que ver con los hábitos que quiero crear y menos con cosas que quiero conseguir. Quizás este cambio de perspectiva me lleve a lograr resultados distintos. Te lo cuento el año que viene.

Y como este es mi primer post del 2023, permíteme que te desee un feliz Año Nuevo. Ojalá que te traiga experiencias que te hagan feliz y te llenen.

Foto de Jan Tinneberg en Unsplash