Cuando se lidera gente, tomar decisiones es una gran parte del trabajo. Y a menudo, la gente que toma decisiones no es experta en la materia, pero las tiene que tomar igual. La capacidad de hacer preguntas precisas ayuda en estas ocasiones, y puede considerarse una herramienta adecuada para desarrollar habilidades como el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Cuando se formulan las preguntas adecuadas, la decisión es más fácil de tomar, en la mayoría de los casos.
Todos sabemos que hacer preguntas es la base de una comunicación eficaz. Las preguntas abiertas ayudan a obtener información y a establecer una buena relación entre las personas. Hacer preguntas precisas va un paso más allá. El foco es facilitar un intercambio intelectual eficaz y eficiente. Por eso hay que tener en cuenta algunas cosas.
El contexto importa
Si hacemos preguntas para poder tomar decisiones, el contexto importa. Por lo tanto, las preguntas deben ser específicas y no genéricas; pertinentes en la situación concreta. La calidad de la respuesta depende de la calidad de la pregunta. Si la pregunta es demasiado vaga, o demasiado abierta, la respuesta será igual.
Salvo que se tenga conocimiento del tema, hay que empezar preguntando con el objetivo de conseguir una visión general y dimensionar la situación. Definir para qué es la decisión, ayuda a determinar qué explorar en profundidad y qué ignorar. Lo ideal es centrarse sólo en lo más importante. Por lo tanto, necesitas respuestas precisas que vayan al meollo de la cuestión. Ya pedirás más detalles si es necesario.
Tipos de preguntas
Dependiendo de lo que necesites, existen diferentes categorías de preguntas que debes hacer.
Las dos primeras son contextuales: «Sí / No» y «Aclaración». La gente tiende a suponer que todo es igual de importante. Y la verdad es que no es así.
La primera pregunta que debemos hacernos es si necesitamos tomar esta decisión. En segundo lugar, hay que definir bien el problema para comprender el alcance de la misma.
A continuación, hay que explorar los supuestos. Las preguntas sobre supuestos descubren hipótesis y garantizan que son correctas en el contexto en el que se va a tomar la decisión.
Lo siguiente es determinar cómo sabemos que es cierto lo que creemos. Si la decisión es lo bastante compleja, habrá muchas opiniones sobre lo que es mejor hacer. Si esas opiniones no están basadas en datos, hay que ponerlas en cuarentena.
Para terminar, tenemos que preguntarnos cuál es la causa del problema y cuáles serán sus efectos. Si no somos expertos, estas preguntas nos permiten hacernos una idea de las consecuencias de la decisión.
Una parte importante del proceso de hacer preguntas precisas es obtener respuestas precisas. Si quieres utilizar este método para mejorar tu toma de decisiones, tienes que asegurarte de que las respuestas responden a tu pregunta, y que no se van por las ramas.
Pide a tu gente que respondan a tu pregunta directamente, sin detalles irrelevantes. Que no den por sentado que sabes más de lo que sabes. A veces, un sí o un no, un dato o una lista de cosas a considerar es más que suficiente. Ya pedirás más detalles si lo necesitas.
Con algo de práctica y definiendo un contexto adecuado, esta técnica puede ahorrarnos mucho tiempo y ayudarnos a tomar mejores decisiones.
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