En latín, Memento mori significa «recuerda que vas a morir». Es un recordatorio de la inevitabilidad de la muerte y la brevedad de nuestro tiempo. Aunque suene horrible, nos recuerda una lección importante: nuestros recursos, empezando por nuestro tiempo, son limitados, y debemos aprovecharlos al máximo.
Recursos limitados
Hace unos meses, dirigí junto a otros facilitadores una sesión de un día para más de sesenta personas. Después de hacer la introducción, definimos una serie de reglas que nos ayudarían a trabajar durante la jornada.
Entre estas reglas había un signo que haríamos los facilitadores para pedir a la persona que estuviera hablando que resumiera y concluyera. El objetivo era transmitir la información sin interrumpir la conversación, para que la persona supiera que tenía que terminar.
Nuestra intención era evitar la posibilidad de que unos pocos monopolizaran la conversación y permitir una mayor participación.
Como era de esperar, hubo personas que empezaron a dominar la conversación, hablando durante mucho rato e impidiendo que los demás participaran, por lo que mis compañeros y yo empezamos a hacer el signo. Como resultado, algunos de ellos se molestaron porque no les permitimos extenderse demasiado.
Por la tarde, surgió un gran conflicto a causa de esto. Algunos no entendían por qué les pedíamos que fueran directos al grano, incluso después de explicarles el motivo.
Falta de perspectiva
En teoría, todos entendemos que los recursos son limitados, pero cuando se trata de una situación concreta, podemos olvidarnos del contexto y del impacto de nuestras decisiones. Es aquí donde me resulta útil recordar este concepto de memento mori.
¿Dónde podría emplear mejor mis recursos teniendo en cuenta todo el contexto? La respuesta no es fácil y requiere tomar mucha consciencia.
Siempre que tomamos una decisión, hay una mucha tensión entre el corto plazo y el largo plazo, y más tensión entre mi ego y el bien común. Tenemos que aprender a conciliar todo esto. Así que, en lugar de concentrarnos en maximizar el beneficio a corto plazo, quizá sea buena idea pararse a analizar cada situación con la perspectiva adecuada. Esto nos ayudará a resolver los conflictos de los que hablaba arriba.
Consciencia
Cuando surgió este conflicto en nuestra sesión, les preguntamos qué pasaría con las aportaciones de los demás si no limitáramos su tiempo. Y preguntamos a algunas de las personas que estaban participando menos qué les parecía que los demás monopolizaran la conversación.
En algún momento, muchos de ellos hicieron clic. Desde una perspectiva más amplia, fueron capaces de comprender el impacto de su comportamiento en el grupo y, en última instancia, cómo estaban perdiendo la oportunidad de aprender de los demás por el mero hecho de no dejarles hablar.
La idea de memento mori puede ayudarnos a tomar más consciencia del impacto de nuestras decisiones y comportamientos. Así podremos hacerlo mejor la siguiente vez.
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