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Lo que no se discute

Podría haber titulado este post «Lo que no se discute, o por qué no hablamos del elefante en la habitación», pero era demasiado largo.

Hay ciertas cosas de las que los equipos no hablan. A veces es para evitar conflictos a corto plazo, a veces porque el tema en sí es embarazoso, y a veces porque requeriría tomar decisiones y nadie quiere hacerlo. El resultado de todo esto es que se crea una armonía artificial en el equipo, que reduce la comunicación y la confianza.

El elefante

El elefante en la habitación es siempre un obstáculo para hacer equipo. Y, sin embargo, existe el miedo a empeorar la situación si nos atrevemos a hablar de él o a reconocer su existencia, haciendo bueno el dicho de «más vale malo conocido que bueno por conocer».

Llevar al miedo como compañero de viaje es mala idea, pero no podemos evitarlo. Nos roba recursos para resolver conflictos y afrontar los problemas. Nos hace jugar a no perder en lugar de jugar a ganar.

Y es cierto que ser valiente en un equipo no es tan fácil como parece. La gente necesita ciertos básicos, como la seguridad de que no se juega nada si habla, por ejemplo

Hay que recordar que los seres humanos somos mamíferos sociales. Esto significa que tememos ser rechazados por el grupo. Cuando trabajamos en equipo, desarrollamos cierto sentido de pertenencia, y una vez que lo tenemos, es muy posible que no nos arriesguemos a decir algo inconveniente a menos que nos sintamos seguros de que no arriesgamos nuestra posición en el equipo.

No tener esa seguridad puede impedir que la gente hable, lo que alimenta al elefante y crea un círculo vicioso, con más obstáculos para trabajar en equipo.

Responsabilidad compartida

La capacidad del equipo para hablar de lo que no se discute determinará su eficacia.

Tanto si el equipo tiene un líder como si no, todos deberían asumir la responsabilidad de lo que ocurre. Es importante entender que en estas cosas siempre hay cierta responsabilidad compartida.

Sin embargo, la cultura del equipo siempre se construye de arriba abajo, y está muy condicionada por el comportamiento del líder. Por lo tanto, antes de hablar sobre lo que no se habla, se tienen que crear las condiciones para que crezca la confianza. Empezando por dar ejemplo.

Las acciones tienen más impacto que las palabras, por eso el líder debe comportarse como espera que se comporten los miembros de su equipo. Cuanto menos autoritario y más colaborativo sea el líder, más oportunidades habrá de crear las condiciones óptimas para que la gente se abra.

Cuando la gente se siente cómoda pidiendo ayuda, compartiendo ideas o retando el status quo sin miedo a consecuencias negativas, es más probable que se pueda discutir de lo que no se discute nunca.

Foto de Frank Holleman en Unsplash