Si eres un líder y te sientes solo, no eres el único. La soledad del líder es un fenómeno conocido de sobra y al que no se le suele prestar demasiada atención. Básicamente porque la figura del líder que todos tenemos en la cabeza es alguien fuerte que es capaz de enfrentarse a las circunstancias que vengan con la debida calma.
Pero la verdad es que el peso de la responsabilidad puede hacer que te sientas solo, y a veces, afectar a tu rendimiento.
La buena noticia es que si te sientes solo eres consciente de lo que sientes. Intentar aparentar que no te pasa nada puede funcionar durante un tiempo, pero a la larga no es el mejor camino. Por eso es preferible aprender a manejarlo.
Desarrollo personal
Como con cualquier reto, puedes aprovechar la situación para aprender de lo que te pasa y crecer como persona.
Que te sientas solo no significa que estés solo. Hay bastante gente en tu situación con la que te puedes relacionar y construir relaciones de confianza. Construir una red de personas que se encuentren ante los mismos retos que tú es una buena idea: te permite compartir lo que te pasa en un entorno que te va a entender.
Dependiendo del nivel que tengas, es posible que puedas construir esta red en tu propia organización. Si estás en los niveles más altos de la empresa es posible que sea mejor idea, buscarla fuera.
Compartir lo que sientes, buscar apoyo o consejo son buenas formas de aligerar un poco el peso de la responsabilidad, encontrar perspectivas distintas y desapegarte de tus emociones, lo que facilita que puedas aprender y sobre todo no quedarte estancado. También puedes conseguir resultados parecidos con la ayuda de un mentor o de un coach.
Empoderamiento
Cuando tus colaboradores perciben que usas tu poder de forma adecuada, suelen responder favorablemente. Construir este tipo de confianza permite desarrollar una nueva estrategia de liderazgo: el empoderamiento, que implica ceder parte de tu poder.
El empoderamiento es una forma de incluir al equipo en los procesos de toma de decisiones, dándoles la oportunidad de participar y capitalizar así sus conocimientos y experiencia. Empoderar al equipo crea también un segundo nivel de liderazgo que te ayuda cuando no puedas estar presente para tomar las decisiones. Y tiene un gran efecto secundario, y es que puede reducir eventualmente la soledad del líder. No hay nada mejor que rodearse de gente que entienda qué pasa cuando se tienen que tomar decisiones.
Los líderes que no empoderan a sus equipos se sentirán, antes o después, aislados. Y, con seguridad, el sentimiento de soledad se incrementará, afectando a su rendimiento.
Los líderes deben ser jugadores de equipo
La imagen de un líder enfrentándose solo a todo tipo de retos y sacrificándose por el bien común está un poco pasada de moda y es quizás más apropiada para una película de sobremesa de sábado.
En el contexto de hoy, tan complejo y ambiguo como es, nadie puede hacer frente a los retos que se presentan sin un equipo. Ahora más que nunca, el líder debe ser un jugador de equipo, un primus inter pares (el primero entre iguales): todos los miembros trabajan juntos y comparten responsabilidad, aunque el líder tenga, de alguna forma, la última palabra.
Cuanto más confíes en tu equipo, cuanto más compartas el poder con ellos, menos sentirás la soledad del líder y más autoridad ganarás con el tiempo.