the future of work / el futuro del trabajo

El futuro del trabajo

Esta semana he dado alguna charla hablando del futuro del trabajo y me he traído aquí algunas reflexiones que me han surgido después. La verdad es que el tema está de moda y hay bastantes profesionales preguntándose qué es lo que pueden esperar.

Hace dos años, el World Economic Forum sacó una lista con las 15 habilidades que harían de los profesionales del futuro trabajadores valiosos. Sin entrar a valorar si falta alguna o no, lo cierto es que para aquellos acostumbrados a leer sobre las empresas y el contexto en el que se mueven no debería ser muy difícil explicar por qué aparecen algunas de ellas.

Los efectos de la digitalización

Cuando pensamos en digitalización, pensamos en tecnología, pero deberíamos pensar en personas. La tecnología vino para quedarse hace muchos años, y su presencia se ha hecho más relevante como resultado de algunos últimos acontecimientos; la pandemia, la escasez de recursos, la polarización social o la crisis climática y energética, por ejemplo.

La tecnología nos ha traído oportunidades y retos, de los que habrá más en el futuro. Pero somos nosotros, los humanos, los que estamos en el centro de este proceso de cambio. El mayor efecto de la era de la digitalización es el cambio de mentalidad que ha provocado, y no la tecnología en sí misma. Tecnología que es un simple mediador entre las personas, y un elemento que cambia y condiciona muchos de los procesos del lugar de trabajo. Pero somos nosotros los que nos tenemos que adaptar.

Esa nueva mentalidad

Después de los dos últimos dos años y medio, todos hemos descubierto nuevas realidades que nos han cambiado la forma de pensar.

Con la pandemia y el confinamiento, hemos descubierto nuevas formas de trabajar, oportunidades, y bastantes cosas del anterior sistema de trabajo a las que no nos apetece volver.

Hemos descubierto las ventajas del trabajo remoto y sus efectos en la conciliación. Los empleados de todo el mundo han sido capaces de saltar muchas barreras, y han aprendido a colaborar con gente en otras partes del mundo; haciendo que eso que antes era más complicado, se vuelva asequible.

Hemos descubierto muchas ventajas, aunque no todo sea bueno. Como contrapartida, casi todos hemos intercambiado parte de nuestra vida privada por flexibilidad. De hecho, algunos estudios apuntan a que el 70 % de la gente que trabaja en remoto, lo hace más horas de las que les corresponde. Parece que apagar nuestra oficina virtual nos cuesta más que salir de la oficina.

En este proceso, hemos ido cambiando lo que le pedimos al trabajo. Pero también han cambiado las habilidades que necesitamos para hacerlo bien en el nuevo entorno.

El entorno

Con la tecnología de nuestra parte, trabajamos en remoto o en modelos híbridos. Lo que hace que nos olvidemos que el trabajo no solo va de lo que hay que hacer, y que hay gente al otro lado de la pantalla.

En este futuro que estamos pintando, el reto de verdad es nutrir nuestras relaciones con otras personas. La distancia física y el desapego que nos traen los entornos virtuales no nos ayudan a establecer relaciones de confianza con nuestros compañeros. Solo esto ya explica la presencia en la lista del WEF de algunas de las habilidades que allí aparecen.

Para hacer frente mejor al futuro que nos espera necesitamos desarrollar nuestras habilidades sociales, nuestra competencia emocional, y ser más inclusivos.

La era de la digitalización es la era de las llamadas habilidades blandas o soft-skills. La tecnología puede ser un facilitador o una barrera. Serán nuestras habilidades y cómo afrontemos el cambio lo que marcarán la diferencia.

Foto: Josh Hild en Unsplash