El largo plazo

El largo plazo

Ser un líder con éxito hoy es, entre otras cosas, una cuestión de resistencia. Rodeados de tanta incertidumbre, lo que marca la diferencia es enfocarse en el largo plazo.

Hace tiempo, solía salir a correr. Este ejercicio tiene algunos efectos interesantes tanto en el cuerpo como en la mente: el sufrimiento intenso de los primeros días, cuando estás totalmente fuera de forma y no puedes pensar en nada más, deja paso a una situación en la que ya no duele nada y que libera la cabeza, permitiendo pensar en otras cosas y ser más creativo, mientras disfrutas del paisaje. Algo fundamental para llegar a este punto de libertad es trabajar en la resistencia, física y mental.

Al principio, me preguntaba siempre lo mismo: ¿por qué me hago esto? Podría estar haciendo otro tipo de ejercicio que supusiera menos esfuerzo y tuviera el mismo impacto en mi salud. De hecho, seguro que podría encontrar algo que tuviera mejor retorno para el tiempo que estaba invirtiendo.

Podría haber hecho otra cosa, y habría perdido de vista lo que quería conseguir. No salía a correr solo para estar en forma; necesita salir a correr para liberar tensión y pensar mejor.

Claramente, este tipo de ejercicio no me hacía especialmente feliz en el corto plazo, pero me trajo muchos beneficios a largo.

Y el cambio que se produjo a lo largo del tiempo, sí puede ser una lección de liderazgo; porque la relación entre el esfuerzo y el resultado casi nunca es lineal.

Un esfuerzo prolongado

Muchas veces tomamos decisiones en función del resultado inmediato. Según lo rentable que sea la inversión en el siguiente periodo de tiempo. El problema es que ahora ya no podemos estar seguros de eso.

Con mucha niebla, como tenemos ahora, es complicado determinar cualquier beneficio. Y es bastante fácil perderse y equivocarse de dirección. Por cierto, que determinar la dirección es importante y debería hacerse antes de entrar en temas como el esfuerzo o el largo plazo.

Linda Hill apunta a que, especialmente en épocas de crisis cuando no se puede ver qué va a pasar, liderar no es tanto dirigir el barco sino empoderar a la gente, para disparar la innovación. Por lo tanto, los líderes deben desarrollar su resistencia para evitar perderse y perder de vista lo que es importante para la organización.

Hablamos de un líder que crea espacios y soporta el proceso, una brújula y no solo el capitán; enfocado en el largo plazo y no solo preocupado por el aquí y ahora.

Mejorar la resistencia

Además de saber porqué hacemos lo que hacemos, mejorar la resistencia tiene que ver con nuestra inteligencia contextual: la capacidad de entender qué pasa en las circunstancias en las que estamos. El contexto importa y los líderes deben prestar atención.

Resistencia no significa inmovilidad y, de hecho, puede tener significados distintos para distintos líderes. La habilidad de entender los límites de lo que hacemos y aprender de la experiencia es lo que nos lleva al futuro.

Ya no salgo a correr. Mi contexto cambió hace unos años, y por lo tanto mis decisiones sobre el ejercicio. Sin embargo, sigo empeñada en mejorar mi resistencia, apostando por el largo plazo mientras sigo metida en la niebla.