Elegir una actitud adecuada depende de ti. Léelo otra vez. ¿Qué piensas? ¿Es verdad?
Victor Frankl, en su libro El hombre en busca de sentido, dijo “a un hombre se le puede quitar todo excepto una cosa: la última de las libertades humanas, elegir su actitud en cualquier conjunto dado de circunstancias”.
Siempre es importante elegir la actitud adecuada. Pero si lideras a otros, es fundamental. De acuerdo con este artículo de HBR, relacionarse de forma positiva marca la diferencia cuando hablamos de los líderes.
Todos conocemos a gente que nos llena de energía, que nos da alas para afrontar retos y conseguir más cosas. Y también a gente que nos la drena y nos quita las ganas.
Así que como líder, ¿quién quieres ser? Un sumidero o un amplificador de la energía.
La actitud debería ser siempre una elección
Salvo que elijas conscientemente, las emociones determinan tu actitud. Imagina que madrugas para ir a trabajar un lunes, hace frío y el cielo está gris. Esta situación puede hacer que no tengas ganas o que estés triste, y probablemente tu actitud lo reflejará.
Al contrario, si te levantas un día y no tienes que trabajar, hace buen día y el sol entra por la ventana, tu ánimo será distinto y esto también se notará en tu actitud.
La actitud no depende solo de las emociones, sino también de la motivación que tengamos. Y podemos encontrar la motivación para provocarnos la actitud adecuada, la que necesitamos en cada momento. Entender cómo nuestra actitud impacta en los demás puede ser el principio para encontrar esa motivación.
La energía positiva engancha. La gente se siente más capaz de hacer cosas y explorar posibilidades. El ambiente se hace más ligero, incluso si hay algún problema. Y hay sitio para la esperanza y para querer hacer las cosas mejor.
Además, si los otros ven que tu actitud es positiva, puedes amplificar el efecto Pygmalión: se sabe que, si tenemos expectativas positivas a cerca de otra persona, su rendimiento mejorará. En otras palabras, si crees en mí, lo haré mejor.
Somos animales de costumbres
Tener la actitud adecuada no es algo que vayas a conseguir en un solo día. Pero nuestra naturaleza nos puede ayudar. Los seres humanos somos animales de costumbres. Cuanto más practicamos algo y nos habituamos, mejor nos sale.
Hay que elegir tener la actitud adecuada todos los días, independientemente de lo que pase. Y para eso, hay que hacer que lo que nos rodea nos ayude: cuida de tu salud mental, y aléjate, cuando sea posible, de las personas y las cosas que te quitan la energía. Concéntrate en buscar las ventajas de cualquier situación y entrénate para encontrar oportunidades y cambiar de perspectiva.
Y mientras te entrenas, simula que tienes la actitud adecuada si hace falta. Sonríe, incluso si no tienes ninguna razón para hacerlo. Nuestro cerebro es fácil de engañar, y si sonríes tu humor mejorará. La vida es un 10% lo que pasa y un 90% cómo nos lo tomamos.
Ya lo cantaban los Monty Python.